En los últimos años, el ride-hailing y el carsharing se han convertido en alternativas cada vez más populares a tener un coche en propiedad. Ambas opciones ofrecen flexibilidad y comodidad, pero ¿cuál es la diferencia entre las dos, y cuál deberías elegir para desplazarte? En este artículo exploraremos las diferencias entre el carsharing y los transportes con conductor para ayudarte a decidir cuál se adapta mejor a tu estilo de vida y presupuesto.
El carsharing es un servicio que permite alquilar un coche a corto plazo, normalmente por minutos, horas o días. Los servicios de carsharing proporcionan su propia flota de coches estacionados en distintos lugares de la ciudad o de libre acceso en las calles, listos para ser desbloqueados y conducidos con sólo una app de smartphone. Los usuarios del carsharing también pueden reservar un coche por Internet, y luego recogerlo en un lugar predeterminado. Es flexible y se amolda a tus necesidades a la hora de alquilar un coche.
En cambio, el ride-hailing se parece más a llamar a un taxi o incluso a compartir un viaje con otros pasajeros que se dirigen en la misma dirección. Los servicios de ride-hailing como Uber y Lyft ponen en contacto a conductores con pasajeros que necesitan desplazarse a través de aplicaciones móviles. Los pasajeros pueden solicitar un viaje a través de una app y se les pone en contacto con un conductor que esté cerca. El conductor recoge al pasajero y lo lleva a su destino. En Europa, aplicaciones como BlaBlaCar han trasladado el concepto de compartir coche al modelo Uber para conectar a conductores y pasajeros dispuestos a viajar juntos entre ciudades y compartir el coste del viaje.
El coste del carsharing y del transporte compartido depende de varios factores. Los servicios de carsharing suelen cobrar por minuto, hora o día, y los precios pueden variar según el tipo de coche que elijas. En cambio, los servicios de transporte compartido cobran por trayecto, y los precios pueden fluctuar en función de la demanda. También hay que tener en cuenta que tanto el carsharing como el ride-hailing pueden ser más baratos que tener un coche, sobre todo en las zonas urbanas, donde los gastos de aparcamiento y mantenimiento pueden acumularse rápidamente. Para trayectos cortos en la ciudad, el carsharing es competitivo con el servicio de transporte privado en cuanto a precio. Para viajes de un día o alquileres de larga duración, el carsharing compite con los servicios tradicionales de alquiler de coches. Ambos son casi siempre más baratos que los taxis.
El carsharing y el ride-hailing ofrecen comodidad, pero de formas distintas. Los servicios de carsharing facilitan a los usuarios un vehículo que pueden utilizar durante un periodo determinado, mientras que los servicios de ride-hailing ofrecen un viaje a un destino concreto. El carsharing puede ser más cómodo para viajes más largos o si necesitas un coche para una tarea específica, mientras que el servicio de taxi es ideal para viajes más cortos o si no quieres tener que buscar aparcamiento en tu destino. Además, el carsharing puede ser tan útil para viajar a aeropuertos como el ride-hailing, ya que a menudo puedes dejar el coche en aparcamientos dedicados al carsharing.
Para la mayoría de la gente, el carsharing es la mejor opción cuando se trata de desplazarse sin tener coche propio. Los servicios de carsharing proporcionan vehículos que puedes utilizar durante un periodo de tiempo determinado, lo que los convierte en una gran opción para viajes más largos o si necesitas un coche para necesidades específicas. Además, los servicios de carsharing suelen ofrecer distintos modelos, lo que te permite elegir el que mejor se adapte a tus necesidades y presupuesto. Los servicios de ride-hailing son cómodos para viajes cortos o cuando quieres ahorrarte conducir y aparcar, pero son más caros a largo plazo, sobre todo si los utilizas con frecuencia.
Sr. Editorial Content Strategist
"Poseer menos, compartir más"
David apuesta por una movilidad innovadora para mejor la calidad de vida en la ciudad.